La UCAM, sin rector ni candidato, en plena acefalia académica y crisis de tesorería

La crisis por la que atraviesa la UCAM, en busca de su auténtico y verdadero propietario, se ve agravada, además, por su acefalia académica ya que desde hace semanas, y por primera vez en diez años, se encuentra sin rector ni candidato visible para ocupar la vacante dejada tras la dimisión de Antonio Montoro.
El malestar interno también es patente por los retrasos en la paga de haberes al personal, una vez finalizado el curso y sensiblemente disminuido el flujo de caja hasta el pago de matrícula en septiembre. Y hasta las perspectivas que se abren para sus titulaciones con las nuevas exigencias de Bolonia no son nada halagüeñas pese a las complicidades de que goza en San Esteban y la laxitud del consejero de Educación, Medina Precioso, a la hora de las exigencias de calidad.En este momento, la UCAM es la única universidad española sin máxima autoridad académica al frente y que no puede asistir al Consejo de Rectores, mientras la Agencia Tributaria examina con lupa las declaraciones fiscales de la Fundación "San Antonio" correspondientes a los últimos cuatro ejercicios y la Fiscalía Anticorrupción investiga la naturaleza de sus relaciones mercantiles con la cúpula de Defensa, en la etapa de Federico Trillo como ministro, por estar casi toda hoy bajo sospecha.Pero eso no es todo ya que los tribunales vaticanos, la Signatura Apostólica, admiten ahora los argumentos jurídicos del obispo Reig Pla (muy próximo al Camino Neocatecumenal) acerca de la titularidad de la Diócesis sobre la UCAM y lo improcedente de la carta de un despistado secretario de Estado, Bertone, a José Luis Mendoza, coincidiendo en el tiempo con la aprobación del Estatuto "sui géneris" del Camino Neocatecumenal sin el menor concurso suyo. Eso quiere decir que en el nombramiento de nuevo rector mucho tiene que decir aún el gran canciller, y verdadero dueño, llegado su momento.Precisamente en una entrevista publicada ayer por el diario "El País" con su líder, Kiko Argüello (en la imagen), no hay la más mínima alusión a la UCAM como una supuesta obra para la revangelización por parte del Camino Neocatecumenal ni este se refiere a Murcia y al bachiller Mendoza absolutamente para nada. Las relaciones del cartagenero con Carmen Hernández, la cofundadora de este movimiento espiritual, no son nada buenas y condicionan decisivamente la velada pretensión de Mendoza de sustituir a Argüello a la muerte de este con la aquiescencia de determinadas jerarquías vaticanas.