martes, 24 de junio de 2008

Núñez Arias: «Ya en agosto tuve la certeza de que Morales quería cobrar una comisión»

El promotor gallego, dueño de la firma Inmonuar y uno de los principales imputados en el 'caso Tótem', declaró que el ex alcalde de Totana no le parecía «persona fiable ni honorable en el cargo»

«A mi juicio de valor, Juan Morales no me parece una persona fiable de criterio, ni honorable en función de su cargo». Es una mera consideración, pero no una consideración cualquiera. Sobre todo porque procede de uno de los principales imputados en la presunta trama de corrupción descubierta en Totana y desmantelada con la denominada Operación Tótem: Manuel Núñez Arias, abogado y promotor gallego y propietario de la firma Inmonuar S.L., que promovía la compra de 2,2 millones de metros cuadrados en esa localidad, en los que estaba previsto construir más de 5.000 viviendas y un campo de golf.Núñez Arias formuló tal «juicio de valor» el pasado 30 de noviembre, mientras se encontraba detenido, cuando fue llamado a prestar declaración por la juez de Instrucción número 1 de Totana, María Ascensión Navarro. El empresario gallego comenzó relatando que en un principio, cuando el intermediario Emiliano Ovide empezó a hablarle de que para que saliese adelante la operación urbanística en El Raiguero, era necesario pagar comisiones al entonces alcalde, Juan Morales, así como a otros políticos de Murcia que no identificó, todo eso le pareció «una broma macabra».De ahí que pidiese a un colaborador suyo que realizase gestiones para averiguar el grado de veracidad, y que este hombre de confianza le dijo que no se fiase de todo lo que decía Emiliano, «porque igual lo es cierto».Núñez Arias confiesa, sin embargo, que se sintió sorprendido por «la actitud de pasividad total y absoluta de Morales» respecto de las acusaciones del intermediario. Y añade que su desconcierto fue ya total cuando un mes antes, en octubre del 2007, recibió en su despacho de Vigo una visita del ya ex alcalde y le interpeló por las razones por las que no actuaba contra Emiliano. «Me dijo que había puesto una querella contra un político de signo contrario, pero no por el tema de Emiliano, sino por otros temas que no tenían nada que ver».Es en ese momento cuando hizo saber a la juez Navarro que Morales no le parecía «una persona fiable de criterio ni honorable en función del cargo».

«UNOS IMPRESENTABLES»

El interrogatorio al promotor gallego se centró, en buena parte, en tratar de determinar si había aceptado pagar comisiones millonarias por la compra y recalificación de los terrenos de El Raiguero, y si sabía que parte de ese dinero (3,6 millones de euros) estaba destinado a Juan Morales. Algo que, de haberlo admitido, hubiese significado una confesión explícita de haber participado en un cohecho.De ahí que cuando se le preguntó si, antes de firmar un documento de reconocimiento de deuda que servía para garantizar el pago de esas comisiones, ya sabía que Morales estaba detrás, Núñez Arias se limitase a señalar que «no lo recuerdo, pero en el fondo pensaba que detrás podía haber terceras personas, incluso Morales}.Sus sospechas sobre el presunto intento del ex alcalde de cobrar una comisión quedaron despejadas, según el gallego, cuando Morales viajó a Vigo con su hombre de confianza, el empresario totanero Gabriel Martínez, y el intermediario José Antonio Alcántara. «Que el viaje -explicó a la juez- lo propuso Alcántara y que la razón era para hablar sobre la venta (de terrenos). Que eso es lo que le dijo Alcántara, pero el dicente (Núñez Arias) pensó que también iba Morales debido a que quería formar parte de la comisión, puesto que desde un principio le extraño que fuera Morales, y más si tenemos en cuenta que ya desde julio el dicente comenzó a desconfiar y que ya en agosto tuvo la certeza de que Morales quería entrar a formar parte de la comisión».Y añade: «Que Alcántara desde el mes de agosto le venía diciendo constantemente que Juan Morales tenía una gran influencia y poder político y a nivel general, y que de este modo Alcántara le insistía mucho en que él tenía que cobrar su comisión, puesto que si no la cobraba no podía corresponderle a Juan Morales».La conclusión final del promotor gallego es que el viaje a Vigo sólo había tenido por objetivo «cobrar la comisión del señor Alcántara (los 3,6 millones que presuntamente debía repartir con Morales y Gabriel Martínez), y que cada uno de los tres desempeñaba un rol: Alcántara era el reclamador de de su comisión; Gabriel, el poder económico, y Morales, el poder político».Núñez Arias relató que «después de todo lo que estaba ocurriendo tomó la decisión de ni siquiera ir a comer con los tres, porque le parecieron unos impresentables».

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